El 'pico' del loro
Dice el chiste popular que el loro murió al estornudar, porque se clavó el pico en el pecho. Luis Rubiales ha hecho algo parecido, al pretender que un beso en la boca impuesto a la jugadora Jennifer Hermoso no era más que un gesto amable y cariñoso, al que no había que darle más importancia. Dar un azotito en el culo también puede pasar por un gesto amable y cariñoso. Esos pellizcos en la mejilla a la que tan propensas eran las amigas de las madres de otra época, también lo eran. El problema no está en el gesto en sí, sino en las circunstancias y la persona a la que se le propina. Jamás se me ocurriría dar un beso en la boca a una mujer a la que simplemente conozco, porque precisamente lo limitado de la relación me mantendría alejado de ello. En el caso de Rubiales y Hermoso, esa limitación es obvia, ya que un presidente de la Federación de Fútbol puede conocer, incluso ampliamente, a las jugadoras de la selección, pero en un contexto exclusivamente técnico y/o administrativo. No en el